El león africano vive en la mayor parte del África subsahariana, excepto en los hábitats desérticos y selváticos.
Existe un claro dimorfismo sexual y es que el macho, además de ser de mayor tamaño, posee una gran melena que le protege el cuello en las pugnas con otros leones.
Los leones se aparean aproximadamente 2 veces por hora durante el período de celo de 4 días y se reproducen durante todo el año. La hembra da a luz una media de 3 crías por parto, después de una gestación de 109 días. Se agrupan en manadas formadas por unas 6 hembras, sus crías y 2 o 3 machos residentes, normalmente hermanos, que compiten para aparearse con las hembras de la manada. Los varones residentes de una manada son inmigrantes que han ganado a la fuerza el control de la manada a los miembros varones anteriores, ocasionando incluso la muerte de estos. Cuando consiguen el dominio de la manada matan a las crías para que las leonas vuelvan a entrar en celo, aparearse con ellas y asegurar su descendencia.
La principal amenaza de esta especie es la caza furtiva con trampas de alambre, rifles y flechas para que no se adentren en las áreas habitadas por humanos. Curiosamente, el león, entra en estas áreas debido a la pérdida de su hábitat y la disminución de sus presas de mano del ser humano.