Esta curiosa especie la puedes encontrar en el sudeste africano y habitan en pastizales, llanuras y bosques abiertos. Debe su nombre al naturalista británico que la describió por primera vez, William John Burchell. Esta subespecie se creía extinta en estado salvaje a principios del S.XX hasta que a comienzos del S.XXI se comprobara que la cebra Equus quagga antiquorum y la de Burchell eran el mismo animal, rebautizándose como Equus quagga burchelli.
Todo el mundo piensa que las rayas de las cebras es un mecanismo de camuflaje para eludir a los depredadores en las altas hierbas de la llanura pero un nuevo estudio revela que en realidad se protegen de las picaduras de los insectos. Algunos insectos se sienten atraídos por la luz polarizada (la que se propaga en un plano), puesto que es similar a la que se refleja en el agua,que es donde ponen sus huevos.
Se agrupan en familias o grupos de machos, aunque durante las migraciones suelen asociarse en grandes grupos. Los grupos familiares son estables y están compuestos por un semental macho, de 1 a 6 hembras y sus crías. Si el semental dominante se va o muere, el harén permanecerá unido esperando que otro macho se haga cargo. Varios harenes se juntan para formar grandes manadas durante sus viajes migratorios. Cada yegua da a luz a un solo potro después de un período de gestación de 12 meses. Cuando se preparan para parir, las yeguas se separan del resto de la manada para esconderse de los depredadores. La pérdida de hábitat, bloqueo de sus rutas migratorias por la expansión de cultivos y la caza ilegal son sus dos principales amenazas.