Originaria desde México hasta el norte de Suramérica, la espina de Jerusalén es un árbol pequeño de entre 6 y 8 m de alto. Es de hoja caduca, compuesta por foliolos de pequeño tamaño. Sus flores son muy llamativas y aparecen en racimos colgantes de color amarillo-anaranjado,
La espina de Jerusalén da un fruto en legumbre de 8-10 cm de color marrón que es comestible, con un agradable sabor. La infusión de sus hojas se emplea como febrífugo, antiepiléptico y abortivo. La corteza con azúcar y limón se utiliza contra la tos.